Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Macabeos 12, 36-46

36 Ante la fatiga de los hombres de Esdrías que llevaban mucho
tiempo luchando, Judas suplicó al Señor que se mostrase su aliado y
su
guía en el combate.

37 Entonó entonces en su lengua patria el grito de guerra y algunos
himnos, irrumpió de improviso sobre las tropas de Gorgias y las derrotó.

38 Judas, después de reorganizar el ejército, se dirigió hacia la ciudad
de Odolam. Al llegar el día séptimo, se purificaron según la
costumbre y
celebraron allí el sábado.

39 Al día siguiente, fueron en busca de Judas (cuando se hacía ya
necesario), para recoger los cadáveres de los que habían
caído y
depositarlos con sus parientes en los sepulcros de sus padres.

40 Entonces encontraron bajo las túnicas de cada uno de los muertos
objetos consagrados a los ídolos de Yamnia, que la Ley prohíbe a
los
judíos. Fue entonces evidente para todos por qué motivo habían sucumbido
aquellos hombres.

41 Bendijeron, pues, todos las obras del Señor, juez justo, que
manifiesta las cosas ocultas,

42 y pasaron a la súplica, rogando que quedara completamente
borrado el pecado cometido. El valeroso Judas recomendó a la multitud
que se mantuvieran limpios de pecado, a la vista de lo sucedido por
el
pecado de los que habían sucumbido.


43 Después de haber reunido entre sus hombres cerca de 2.000
dracmas, las mandó a Jerusalén para ofrecer un sacrificio por el
pecado,
obrando muy hermosa y noblemente, pensando en la resurrección.

44 Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría
sido superfluo y necio rogar por los muertos;

45 mas si consideraba que una magnífica recompensa está reservada a
los que duermen piadosamente, era un pensamiento santo y piadoso.

46 Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los
muertos, para que quedaran liberados del pecado.